
En la antigüedad, a lo largo del imponente Nilo, los pueblos prosperaban, y también lo hacían sus dioses. Erigieron monumentos, ofrecieron sacrificios y estos dioses adquirieron poder. Pero el poder solo puede compartirse durante un período de tiempo limitado.
Uno a uno, conforme los dioses caían en el olvido o se amalgamaban en nuevas deidades, se libró una guerra sangrienta por el control de la tierra y la devoción de sus creyentes. Solo un dios saldrá triunfante en la nueva era del monoteísmo.
¿Serás tú ese Dios?
Esta es la premisa básica de Ankh: Dioses de Egipto, el juego de Eric M. Lang que cierra la trilogía que empezó con Blood Rage, continúa en Rising Sun y que termina en el desierto egipcio con esta encarnizada batalla entre dioses y sus adoradores. El juego ha recibido muchas y muy buenas críticas tanto por sus originales mecánicas como por el cuidado que CMON ha puesto en el diseño y la elaboración de las minis que incluye, pero ahora llega el momento de probar las tres primeras expansiones del juego, Panteón, Caja de Custodios y Faraón, y ver qué aportan a este magnífico título.

Ankh: Panteón contiene un nuevo conjunto de 5 Dioses egipcios, cada uno de los cuales aporta sus propias capacidades y guerreros para su lucha por no caer en el olvido. Los Dioses de Panteón proporcionan nuevas opciones al jugador que los controla, pero también afectan a los demás, ya que cambian la disposición del tablero con su presencia. Si con los Dioses de la caja básica ya tienes a tu disposición una gran cantidad de estrategias y sinergias que dominar, ¡con esta expansión las verás incrementadas de manera exponencial!

Por su parte, Ankh: Caja de Custodios incluye un nuevo conjunto de Custodios. ¡Permite que acompañen a tu Dios y conquista la gloria! La mayoría de estos Custodios son terribles demonios con capacidades perversas que los Dioses prefieren no tener en su contra. Aumenta las decisiones estratégicas y las posibles combinaciones e interacciones en tus partidas con este nuevo conjunto de Custodios. La mera presencia o incluso la ausencia de cada Custodio cambiará radicalmente la mecánica del juego.

Finalmente, Ankh: Faraón introduce una nueva dimensión en Ankh: Dioses de Egipto. Esta expansión acerca la lucha divina al mundo de los hombres, y a un hombre en particular: ¡el faraón de todo Egipto! Los dioses harán bien en enviar a sus sacerdotes al palacio real para influir en los asuntos del reino, manipulando los distintos cargos para obtener ventajas políticas y dirigir al faraón hacia el reconocimiento de la divinidad última del único dios verdadero. Su lucha puede ser divina, pero si no logra imponer su dominio sobre la esfera de los asuntos humanos, lo único que le espera es el olvido.